Bienvenidos a bordo

y gracias por acompañarme en este largo viaje sin retorno que es el de la maternidad. Me río yo de las peripecias de Ulises y de la paciencia de Penélope. Me río de los 12 trabajos de Hércules... ser madre sí es toda una aventura, a veces desesperante, casi siempre agotadora... pero siempre, siempre, siempre ¡tan gratificante! ¿queréis compartirla con mi familia?

sábado, 31 de diciembre de 2016

¿Qué nos traerá 2017?

2016 ha sido un año francamente intenso. Empezamos el año con el firme propósito de organizarnos para que mis hijos tengan por fin una habitación cada uno. Nos montamos nuestro particular "Tu casa a juicio" y después de pedir presupuestos de reforma y ver varias posibilidades de mudanza a otro piso, nos decidimos por reformar el piso en verano, aprovechando las vacaciones escolares y que los niños se iban al pueblo. Muy contentos con la reforma y con el resultado.

Entre tanto, logré por fin correr mi primera 10k, espinita clavada desde el año pasado y Ricardo completó su primera maratón poco después de su cumpleaños (42 años, 42 km fue su lema) Nos encantó acompañarlo a Burdeos y a los chicos entrar con él en meta. Fue un fin de semana largo muy chulo.

En otro orden de cosas, he seguido, aunque a otro ritmo, con la promoción de mi libro "El pijama mágico" y he empezado a escribir la segunda parte (con calma, que lo del tiempo libre es un lujo)

Tuve la ocasión de viajar a Inglaterra y visitar por fin Londres, que ya era hora, aunque también me tuve que enfrentar al final del verano a un obligado cambio de trabajo. Afortunadamente la cosa no fue mal, aunque aún estoy tratando de adaptarme a haber perdido mi valoradísima flexibilidad horaria y autonomía... poco a poco...

Ha habido buenos momentos con familia y amigos y otros no tan buenos pero supongo que igualmente necesarios y, a su manera, valiosos.

Sofía volvió muy mayor de su primer viaje al extranjero con el colegio, una semana en Inglaterra en casa de una familia, toda una experiencia que desde luego disfrutó al máximo, y Guille tomó su primera comunión.

Un año, en resumen, lleno de buenos momentos que quedaron convenientemente registrados, según nuestra nueva costumbre, en nuestro "tarro de los momentos felices" que ha terminado el año coloridamente lleno. ¡Ah! y para terminar con buen sabor de boca, tuvimos el honor de ganar el concurso de belenes del cole con nuestra interpretación en clave de Super Mario del tradicional nacimiento.




martes, 27 de diciembre de 2016

Nuestro sistema de puntos para la gestión de tareas en casa

Por petición popular, os voy a explicar un poco más en qué consiste nuestro sistema de puntos para las tareas, aunque cada uno se tiene que configurar el suyo propio, claro.

Nosotros hemos partido de esta plantilla de Nekanen designs, que nos encajaba muy bien porque nos permitía poner dos personas por fila y así tenemos por un lado a Sofía y Guillermo con sus tareas propias de niños y, en otra hoja, a Ricardo y a mí con nuestro propio reparto de tareas. Pero por supuesto os invito a rebuscar por la web y ver cuál os encaja mejor o a crearos la vuestra propia.



Nosotros lo que hicimos fue imprimirla, poner los nombres en cada día y las tareas que escogimos y una vez completado esto plastificarla para poder marcar cada semana las tareas realizadas (empezamos haciéndolo con un rotulador borrable pero acabamos pegando pegatinas de estas redonditas de colores, eso ya al gusto...)

Al final de la semana se cuentan las pegatinas de cada uno. Nosotros andamos todavía afinando el sistema pero os voy contando cómo lo hemos ido haciendo.

Primero se decidió que el que más pegatinas tuviera de los 4 conseguía un premio (sacado al azar de un bote con varios papelitos con premios que se nos fueron ocurriendo) y el que menos un castigo (mismo sistema) Pero como siempre ganaba Sofía y perdía Ricardo (porque no se molestaba en ponerse las pegatinas) vimos que no era nada motivador para nadie así que lo dejamos.

El siguiente intento fue (manteniendo el sistema de premio y castigo) vincular los puntos a la propina semanal (para los niños, los adultos tenemos que pensar todavía en un sistema que nos encaje) Por cada línea completa consiguen un euro pero hay una tarea en concreto que es de obligado cumplimiento y si algún día no la han conseguido no hay propina (se nos llegó a ocurrir que el que no la hubiera cumplido le pagara la propina al otro pero no hemos llegado a aplicarlo)

Bueno, como veis, la plantilla da mucho juego y ya depende de cada uno utilizarla de una manera u otra o vincularla a premios, tiempo de juego con la tablet o la consola, como apuntaba Mónica de Con peques en Zaragoza, o directamente propina si ya están en edad de que les empecéis a dar su propio dinerito de bolsillo.

Nosotros todavía estamos buscando perfeccionarlo porque os confieso que sigue sin funcionarnos del todo bien (o mejor dicho, funciona los primeros días pero luego perdemos interés y dejamos de apuntar las cosas) así que cualquier idea que podáis proponer será bienvenida. A ver si entre todos conseguimos un sistema de verdad funcional (aunque claro, cada uno lo tiene que adaptar a sus circunstancias)

miércoles, 21 de diciembre de 2016

Mindfulness para novatos

Últimamente he estado leyendo sobre Mindfulness y acudiendo a las sesiones que en la Escuela de Padres del cole prepararon sobre ello. Más allá de que esté de moda, lo cierto es que me parece una herramienta muy interesante de inteligencia emocional.

Básicamente el Mindfulness consiste en estar presente aquí y ahora, es decir, ser consciente de las cosas que estás viviendo. ¿Sabéis esa sensación de llegar por fin a un sitio y darte cuenta de que no sabes ni cómo has llegado hasta allí? ¿o darte una ducha rápida pensando en todo lo que tienes que hacer y con los niños aporreando la puerta, que ni te enteras de que te estás duchando, como para disfrutarlo? bueno, pues todo lo contrario. Se trataría de estar plenamente atento a lo que estás haciendo en cada momento y a las sensaciones que te provoca.



Se trata también de vivir el ahora. Ni angustiarte por el futuro ni quedarte atrapado en el pasado. De ser consciente de tus emociones y aceptarlas, sin juzgarlas. Igualmente, consiste en aceptarse a uno mismo como es, sin hacernos daño con duros juicios, lo que no está reñido desde luego con tratar siempre de mejorar.

Pero entonces ¿qué significa Mindfulness? o mejor aún, ¿qué no es? Lo que me ha quedado claro durante estos días es lo que no es: no es meditar, aunque la meditación sí es una de las herramientas que se utilizan para practicarla. Otra es el anclaje a través de la respiración, que no deja de ser una forma de obligarte a centrarte en tí mismo y no dispersarte. Por cierto, tampoco es "poner la mente en blanco" la práctica del Mindfulness sí te permite que acudan pensamientos a tu mente, qué remedio, pero te enseña a observarlos, agradecerlos y dejarlos ir. Me gusta mucho la comparación con un cielo en el que las nubes van pasando, así hacen los pensamientos en tu mente, aparecer (a veces ligeros y bonitos, a veces negros y tormentosos) pero acaban pasando, como las nubes. Tenemos que aprender a no quedarnos enganchados (sobre todo a los tormentosos, claro)

Preguntemos a la wikipedia para saber qué sí es:
"El mindfulness como concepto psicológico es la concentración de la atención y la conciencia, basado en el concepto de mindfulness o conciencia plena de la meditación budista. Se ha popularizado en Occidente por parte de Jon Kabat-Zinn. A pesar de encontrarse sus raíces en el budismo, el mindfulness se enseña desprovisto de cualquier componente o terminología oriental.
Mindfulness o 'conciencia plena' consiste en prestar atención, momento a momento, a pensamientos, emociones, sensaciones corporales y al ambiente circundante, de forma principalmente caracterizada por "aceptación" -una atención a pensamientos y emociones sin juzgar si son correctos o no-. El cerebro se enfoca en lo que es percibido a cada momento, en lugar de proceder con la normal rumiación acerca del pasado o el futuro."

Interesante, ¿no? a mí al menos me lo parece, y os invito a profundizar más en ello y a contarme vuestra experiencia.

jueves, 15 de diciembre de 2016

Cuestión de organización




Madre si me ha costado, pero bueno, parece que por fin voy centrando el tiro. Y es que, después de tres años de autónoma, con un horario bastante flexible (para bien y para mal pero flexible), volver a un horario tan nuestro como es pegarse de 9 de la mañana a 7 de la tarde bloqueada en un polígono industrial porque con hora y media que tengo para comer no me compensa volver a casa, pues cuesta, la verdad...

Pero oye, todo es cuestión de organización del tiempo... Y, yo que me reservaba la horita antes de comer para hacer deporte porque es cuando mejor me sienta, pues he descubierto que, o traslado esa hora a la primerísima de la mañana o no hago ejercicio. Y si no hago ejercicio, los kilos de más se apoderan de mí a la velocidad del rayo por este metabolismo perezoso que yo tengo. Así que yo, enemiga natural de los madrugones, me estoy levantando pronto de lunes a jueves para ir alternando correr y gimnasio. Que cuesta, claro que cuesta... pero algo bueno tenía que tener este horario, y es que entrando a las 9 el madrugón en realidad es el mismo que cuando me ha tocado entrar a las 8, que han sido muchos años... (lo del frío y la niebla ya es otra historia)

¿Y esa hora y media del mediodía? pues al final he llegado a la conclusión de que como mejor la aprovecho es comiendo aquí mismo de tupper en media horita y aprovechando la hora restante para cosas mías, como escribir la segunda parte de mi libro, este mismo blog, o leerme los cuentos del concurso de relatos del cole, del que este año soy jurado (hala, por algún lado tenía que decirlo) Por cierto, recordarme que escriba una entrada con ideas sanas y ligeras para comer de tupper en el trabajo.

Para cuando llego a casa estoy ya medio muerta, eso sí. Y si al menos tengo ya a las dos criaturas en casa, la de aquel, pero si además tengo que ir a buscar a alguno a casa de algún abuelo la rematamos. Por no hablar de compras de urgencia, que en ese sentido aún no estoy bien organizada y la mitad de los días me pilla el frigo en estado de emergencia y sin cena. Pero bueno, poco a poco. Cuando hago caso a Alicia, de Orden y Limpieza en casa, y tengo mis menús mensuales (o al menos semanales) hechos y su lista de compra correspondiente para el fin de semana, la cosa va bastante bien. Pero como no sea así (como esta semana mismamente) ya la tenemos liada.

En lo que sí le hice caso es en lo de la organización de tareas. Tenemos todos asignados nuestras tareas, diarias, semanales o mensuales, y un sistema de puntos para incentivar su cumplimiento (al que en el caso de mis hijos va ligada la propina semanal) Y bueno, no nos funciona todavía al 100% pero lo vamos puliendo. Lo cierto es que por tarde que llegues a casa, si tienes la tarea clara y sabes que se ajusta a una de sus maravillosas rutinas de tan solo 5 minutos (8 como mucho), cuesta menos ponerse y dejarlo liquidado.

Así que sí, es cuestión de organizar el tiempo y aprovecharlo bien. Que al final te das cuenta de que en otros momentos en que has tenido aparentemente más tiempo, se te ha ido en tontadas y al final no has hecho tantas cosas (véase en mi caso la semana pasada, que la tuve entera de fiesta y de mil cosas que quería hacer no haría más de dos o tres...) Tempus fugit decían... y ya lo creo que huye...

martes, 13 de diciembre de 2016

Historia antigua bloggeril

Hace unos días me avisaban por whatsap mis amigas, todas seguidoras del blog de nuestra común amiga Tita, de que si no había leído su última entrada ya estaba tardando.



Por supuesto pasé por allí rápidamente y debo confesar que fue todo un flashback. La de años que hace ya que empecé con el "abuelito" de este blog, aquel Diario de un Embarazo que tan buenos momentos me dio en Terra (si os funciona el enlace podéis visitarlo todavía, aunque ya ha desaparecido, gracias a backmachine) Aquello fue cuando me quedé embarazada de Guille y el "corderito" tiene ya 9 años para 10. Madre mía, ¡lo que ha llovido en nuestras vidas desde entonces!

Cuando se acercaba la fecha del parto, recuerdo que desde Terra me pidieron que le diera continuidad a la historia a través de otro blog (en aquella época hasta me pagaban por escribir y todo, ¡qué tiempos aquellos!) Así nació el primer Mamá a Bordo (todavía en Terra), que con el tiempo acabaría derivando en el actual, de blogger, hace ya unos añitos también.

Desde entonces he tenido épocas de mayor o menor actividad pero lo que es indudable es que, como recordaba Tita, la época dorada de los blogs parece haber pasado ya. La entrada fulgurante de facebook, twitter y demás redes, probablemente más ágiles, parecen haberlos desterrado a ciertos temas particulares. O quizás sea solo impresión mía y en realidad sea yo, que ya no le presto al blog la atención que solía.

En cualquier caso, reconozco que me invadió la nostalgia de una época, de tantas buenas relaciones que surgieron al calor de nuestra pequeña red de blogs. A las buenas de verdad las sigo teniendo en facebook, cierto, al menos sigo sabiendo de su vida y me mantengo más o menos informada de sus andanzas pero ay, que ya no es lo mismo...

En fin, cada cosa tiene su momento, imagino. Y quizás dentro de unos años me entre la vena nostálgica de esta época dorada del facebook, que habrá sido ya barrida por la siguiente red social, o lo que se lleve entonces. No es malo sentir nostalgia de vez en cuando, siempre y cuando no dejemos que nos arrastre, claro...


domingo, 11 de diciembre de 2016

Vicios sociales

Hace un tiempo discutía con una amiga sobre el café, si es bueno o malo, si no es tan malo como lo pintan, si crea adicción... yo en ese momento estaba tomando mucho café cada día pero no consideraba estar enganchada a él. Recordaba también lo fácil que me había resultado dejarlo totalmente cuando pensé que de cara a mis embarazos sería mejor no tomarlo. 

El caso es que poco después de esa discusión empecé un nuevo trabajo, en una empresa en la ¡no se toma café! Superado el estupor inicial y la primera idea de llevarme mi termo por las mañanas, decidí que sería una buena ocasión para desintoxicarme un poco de cafeína, a pesar de que sigo manteniendo que un par de cafés al día no sólo no son malos sino que son incluso beneficiosos para el organismo. 

El caso es que, bueno o malo, desde que empecé a trabajar allí me he acostumbrado a tomarme sólo un cortadito justo antes de salir a casa y luego ya infusiones varias durante el día. ¿Me ha costado reducir tan drásticamente la cantidad de café? absolutamente nada. Me he dado cuenta, de hecho, de que era más bien una costumbre, aprovechar una pausa de mi marido para tomar un café juntos, tomar un café con amigos, con mis padres... es más un vicio social que una verdadera necesidad para mí. 



Por cierto, el café me gusta negro y cargado. Lo digo por si alguien me quiere invitar un día (nunca digo que no a un buen café), que no se le ocurra llevarme a uno de estos sitios tipo Starbucks... acaban de abrirnos un Zaragoza, en Puerto Venecia concretamente. He oído que el día de la apertura había filas tremendas para acceder a él. Os aseguro que no me encontraréis en una de esas filas. Ah, y si me vais a invitar a un café y lo hacéis allí no os extrañéis si os miro mal por unos momentos. Luego probablemente la amistad sea más fuerte que la "ofensa" y hasta encuentre algo bebible (a lo que desde luego no llamaré café) en el establecimiento. Ya estuve una vez en uno de ellos y sobreviví, probablemente lo haría otra vez pero tampoco quiero tentar mucho a la suerte. 

Seguidores